Tuesday, April 17, 2012

"No li donis el camí"


Los dos partidos estarán comandados por un duelo estratégico muy alto como suele pasar en la recta final de Champions. Lo interesante es que tanto en la ida como en la vuelta, se desatará un dolor de cabeza que bien puede tener el Barça o Chelsea. El duelo principal -al que todos prestaremos más atención- estará muy condicionado al duelo emocional. Si los de Pep permiten más de un capricho 'blue', podríamos empezar a rezar. ¿Tendrá consecuencias negativas?

De todas las fases, la más mala del Chelsea es la defensa organizada. Con esto como anticipado, se suele imaginar lo fácil que la tendría el Barça, pero sería tonto pensar también que el partido lo dominaremos completamente, cuando no es así; ya que los 90 minutos estará repleto de condicionantes -que lo analizaremos- y determinantes -que llegará la hora para descubrirlos-.

El trabajo de Di Matteo estas semanas ha sido de la mano de un gran derroche físico. Salir a presionar al poseedor del balón no es sencillo, y menos cuando descuidas tu espalda escandalosamente. Ahí, los grandes futbolistas de mayor gesto técnico en la zaga culé se aprovecharían y  girarían completamente el 4-4-2 'blue' en campo propio (i).

Ante el Napoli, tuvieron la suerte de toparse con un colectivo que no es experto en ataque posicional. Cuando los minutos más decisivos para los italianos llegaron, los londinenses se encerraron sin ninguna tregua -igual presionando sobre el poseedor del balón- pero el Napoli no lo aprovechó porque el pase corto veloz en ellos es demasiado bajo. Sus oportunidades llegaron desde la contra y no desde el ataque posicional. La vuelta, para colmo, no salieron a matar como deberían haber hecho; y ante desarmada transición defensiva (i).

En el enfrentamiento ante el Benfica, fue un simple susto. Los portugueses tuvieron la llave, pero no quisieron. Ellos, ya más acostumbrados a tomar el peso del partido, eran capaces de triangular en 3/4 muchos minutos y sobre todo fijando a Pablo Aimar detrás de la espalda de la línea de 4 (i); que nuevamente el Chelsea regaló, pero aun así, con diferentes carriles que tomar, no entraron en si quiera una finalización certera. Mucha contusión.

Dicho esto, contextualmente el Barça pasaría a ser el único protagonista del encuentro; de manera general. Gozando de desmarques continuos con diferentes recursos individuales como Cesc, Messi o Andrés Iniesta, los de Pep podrían sacar 'tajada' rápido. Ante tanta presentida superioridad, ¿es posible que el Chelsea saque tajada también? ¿Y mejor que nosotros?

El duelo emocional entrará en escena en algún momento. Una revancha o un desquite: sea cual sea, el Chelsea tiene muy en alto aquella semifinal del 2009 donde se presenció un partido de enorme intensidad, y que al final, la justicia premió al herido y castigó al ilusionado guerrero. No fue noticia a excepción de los temas extra-futbolísticos, pero nuevamente, el partido renace en la memoria, y hace crecer uno de los mejores ambientes de las semifinales de la Champions League.

Los caminos son contados, lo malo es que todos ellos conllevan una peligrosidad muy alta. El nivel de dificultad es necesario nombrarlo. Ahí va, de menor a mayor:


1. Contragolpe

Las contras en el Chelsea pueden ser de las más eficaces si el orden posicional mientras se ataca se desordena por el vértigo. El punto de inflexión se intensifica en su jugador de mayor peso: Juan Mata. Tras pérdida rival, Juan es el vértice y los puntas sin balón (i) entran en acción a través de diagonales y la consecuente activación de líneas de pase. Salir embalados por el éxito de aquellas, o bien aprovechando una ruptura de cualquier acompañante, estoy seguro que causaría daños graves.

El buen estado de Mascherano, el despertar de Piqué y el inoxidable Carles hacen creerme poco que esta fase entrará en escena muchas veces con efectividad.

2. Juego de 3/4

El punto más fuerte del equipo de Di Matteo, sin embargo, se presenta en todo el ancho del campo rival. La idea de imaginarse que el Barça no tratará de anticipar aquella 'pierna cambiada' clásica (i) como el apagado Benfica, sería un suicidio. Pero si los delanteros no son aprovechados, no sería un problema principal.

El peligro sí sería si hacemos que Mikel se proclame protagonista (i). En fase ofensiva, es un emisor con una técnica única. Los extremos, que tratan de abrir lo más posible la zaga para que los desmarques 'sorpresa' de Mata o las diagonales repentinas de Fernando sean asistidas, son un dolor de cabeza si llegaran ocupar los dos costados

¿Será capaz? En efecto, la transición defensiva en estos casos se ve obligada a recuperar, de lo contrario, que retengan el balón en 3/4 nos podremos imaginar los dúos que formarían cuaquiera de los delanteros con Mikel. Solo Mikel, eso sí. Con Lampard, Ramires o el mismo Juan Mata no consiguen el mismo resultado.


3. Juego directo

A cuentagotas, y peligrosas. El juego directo a simple vista es lo más práctico para sobrevolar el mediocampo en casos donde la meteorología esté como un condicionante elevado, pero en el caso del Chelsea es un camino bastante llevado a la práctica.

Las veces que lo hizo frente al Benfica, creó ocasiones bastante fructuosas. La enorme calidad que distingue a los receptores como Ashley Cole filtrado en zona de ataque (i), revela encima el increíble ritmo como respuesta después del pase.


Pep y el Barça debe manejar el concepto tan lógico de "Matar el partido". No a cerrarlo como ante el Milan, porque sino los 'blues' se irían encima. ¿Será capaz el Barça de aguantar psicológicamente la batalla? De lo contrario, ¿el Chelsea aprovechará? ¿quién se irá con las manos vacías en estos primeros 90 minutos?

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