Sunday, March 25, 2012

Salvedad

Los locales manejaban el contexto desde un principio. Si replegar era lo optado; la línea de tres se presentaría, y si elegían presionar; padecería riesgos la línea de cuatro en la que Montoya estaba como un punto débil seductor. En teoría, Guardiola estaba en la telaraña de Joaquín Caparrós.

Eso no evitó, que Pep se saliera con la suya, y que muy por encima; pusiera su advertencia. Quería hacerle tener miedo -aunque no lo logró-, pues Messi, Cesc e Iniesta se presentaban como aquel peligro inminente si los mallorquinistas salían a buscar. Aunque nada fue como quería, salió como solución la presencia de tres grandes: Leo, Thiago, y Andrés.

La decisión ya estaba tomada por Caparrós y los dos puntas+extremos volantes+pivote+lateral emprendieron esa busca que poco lograron. En el marco de la efectividad, no existieron; aunque, reitero, aquel plan bien podría haber tenido sorpresas en la primera parte.
Sus salidas, por otro lado, eran poco esperanzadoras. Luego de retenerla en el cuarteto defensivo, eran siempre balonazos a Víctor y Álvaro, o de lo contrario, Pereira o 'Chori'. Poco prometedor, aunque les saliera contra otros rivales.

El partido de los nuestros se desencadenó de varias formas. Cada una a causa de un hecho puntual. La primera fue que, después de profundizar de manera pobre en 3/4 de campo, se encendía la máxima angustia cuando la estrella argentina y Don Andrés se juntaban. Mucha chispa, verticalidad especial.
Así pues, una vez que Messi metiera el primero, Pedro se colocó en la otra banda, llevando a Iniesta al tridente que creaba y mantenía la tranquilidad en campo rival.

Pep se dio cuenta rápido que con Sergio era diferente. Su fiabilidad en el pase atrás, retardaba lo que hubiera podido ser unas permutas perfectas con Thiago; que se encontraba casi junto a Piqué; y como el fuera-dentro del manchego sin balón generaba electricidad, no dudó en comprometerlo definitivamente al plano creativo con el mismo 'biotipo' aunque con distinta función.

El otro hecho puntual, fue que; temiendo de una posible ocasión peligrosa -que se asomaba de a pocos- quiso asegurar con un planteamiento curioso. Con línea de 4, incorporándose Busquets, Fábregas adquirió más protagonismo del cual tenía entre líneas -poquito- y en ese momento, su peso se acentuaría en la misma contininuidad rápida en transición aunque desde un sector más alejado al normal. Eso sí, Iniesta, Messi y el propio Cesc tenían la libertad de intercambio en la zona central; más Thiago aportando dinamismo en las salidas.

Una vez expulsado el brasileño, Pep entró en graves problemas. Su plan improvisado sería sustituir a Cesc por Montoya, mientras Busquets e Iniesta estaban solos en mediocampo. Esto, fue un tormento porque Pereira; el extremo volante, adquirió peso en el centro y sus duelos contra Sergio se las llevó él, provocando algún que otro descalabro. El final del mal asunto sería Keita. El malí aportó continuidad, del cual carecía sin el mediocampo completo, y en efecto, la posesión necesaria para ocasionar alguna que otra oportunidad concreta.

Una vez el 2-0, ingresó Tello pero tuvo un rol inaudito. O puede que esta vez en el plano resolutivo, dio fruto. En una ocasión de despeje, Tello quedó uno contra uno, lo que me hace ilusionarme y mucho con este jugador que tiene condiciones no solo para ser de extremo puro, sino para ser un segunda punta desmarcándose sin balón tan bien como Alexis y haciendo constantes ocasiones de gol debido a su veloz gesto técnico que todos conocemos.

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